miércoles, 7 de diciembre de 2016

Importancia del informe en la comunicación de los resultados de la evaluación psicopedagógica



Si te interesa algo de lo aquí escrito, no dudes en tomarlo y compartirlo
eso si, no olvides referenciar la fuente.
Por una cultura del conocimiento libre.

Dra. Zuleima Corredor

No quería culminar el año 2016 sin escribir un nuevo post para contribuir tanto al estudio como a la práctica de las Dificultades de Aprendizaje (DA), muy agradecida con todos quienes leen estos escritos y encuentran algunas cuestiones de interés para mejorar su comprensión acerca de las DA y sobre todo para encontrar estrategias que faciliten su práctica en un área tan compleja y controversial como lo es el campo de las DA.
Tenía pensado escribir sobre el rol del docente especialista, creo que hay un gran vacío de información actualizada sobre este tema, prometo hacerlo para inicios del 2017, ya que ahora me ocupa de manera urgente dar respuesta a la inquietud de algunos de mis estudiantes, referente al informe psicopedagógico, su importancia para la comunicación de resultados y para la toma de decisiones respecto a la intervención que requieren los educandos.
Para poder hablar del informe, es necesario repasar lo que se entiende por Dificultades de Aprendizaje y los conflictos y polémicas que solemos encontrar a la hora de diagnosticar un caso de DA. Traigo a colación los planteamientos de Patton, Payne, Kauffman, Brown y Payne (1995), quienes indican que en el caso de las DA, las definiciones suelen estar muy bien a nivel teórico, sin embargo, a la hora de trasladar dichas definiciones a la realidad de un niño concreto, estas se complejizan y aún al más experto y “erudito investigador podría dificultársele explicar en qué consiste exactamente un problema de aprendizaje” (Hallahan, Kauffman y Lloyd, citados por Patton et al., 1985). Aún en nuestros días, a pesar de la investigación, el avance en el campo de la definición de las DA y la operacionalización de las variables que intervienen continúa siendo confusa. Lo único claro es que nuestras escuelas están abarrotadas de niños que en algún momento de su vida escolar presenta dificultades para apropiarse de los aprendizajes de las materias instrumentales de lectura, escritura y matemática, problemas que van agravándose a medida que avanzan dentro del sistema educativo.
No existen pues fórmulas, test estandarizados ni leyes que nos permitan determinar con certeza en qué caso podemos hablar de Dificultades de Aprendizaje, solo tenemos las evidencias manifestadas por los estudiantes, maestros y padres, muy heterogéneas, caracterizadas por dificultades para acceder a los aprendizajes esenciales de la escuela y que pueden presentarse de manera concomitante con otras problemáticas.
Esta realidad del campo de las DA conlleva a entender la problemática de una manera amplia, holística, interdisciplinaria, en la cual lo importante no es etiquetar o encasillar a los estudiantes en una categoría diagnóstica, sino comprender las dificultades que estos presentan y ofrecer las ayudas necesarias para asegurar que estos estudiantes tengan la oportunidad de acceder en igualdad de oportunidades a su derecho a la educación.
Para realizar la evaluación psicopedagógica de un niño es muy importante tener en cuenta los siguientes criterios:
a)      Se debe observar al alumno en diversos escenarios (en el aula, en el recreo, en las actividades extracurriculares, entre otros).
b)      Recopilar la mayor información posible respecto a la historia escolar del niño (entrevistar a maestras de grados anteriores, a los padres, revisar los informes anteriores, revisar material escolar).
c)       Solicitar evaluaciones complementarias según los requerimientos del caso (visión, audición, psicología, neurología, terapia de lenguaje, entre otros. Solo aquellos que dada la condición del niño sean realmente necesarios). (Rief, 2004).
d)      Integrar al informe final las apreciaciones de los especialistas que han evaluado al niño.
En la actualidad se viene dando un paso de una evaluación diagnóstica basada en el déficit del alumno a una evaluación diagnóstica curricular de base sociopedagógica que entiende que las dificultades que pueden presentarse responden a la interacción de causas que pueden encontrarse en el alumnado, el profesorado, la institución escolar, la familia, los recursos didácticos. De allí que se hace necesario observar estas interacciones para poder hacer propuestas de cambio en todos los elementos y proponer las adaptaciones curriculares necesarias (Fernández, 2006). El autor en referencia señala que se deben utilizar instrumentos variados, escalas de observación, pruebas pedagógicas, análisis de materiales escolares, revisión de la programación, tanto dentro como fuera del aula.
Generalmente los informes psicopedagógicos suelen presentarse de manera muy escueta, poco descriptiva, basados en las limitaciones del estudiante y en el uso de términos que no son comprendidos por los padres, quienes suelen sentirse frustrados, pues perciben al final del proceso de evaluación, que esta no les aporta respuestas, sino por el contrario, han hallado más preguntas sin responder.
De allí que la evaluación y diagnóstico son esenciales para entender cuáles son las fortalezas y aspectos a mejorar mediante la intervención educativa. En este sentido el informe psicopedagógico constituye un instrumento de gran valor, por lo que ha de ser escrito de manera clara, sencilla, utilizando un lenguaje que puede ser claramente entendido por los padres y otros profesionales. De allí que es de suma importancia, presentar un informe que contribuya a comprender las problemáticas que el niño presenta, pero también destacar sus puntos fuertes.
Por otra parte, el informe debe ser presentado a los padres a través de una entrevista, en la cual se ha de explicar el procedimiento realizado para la evaluación y diagnóstico, los resultados de la misma y el proceso de intervención que se llevará a cabo. El docente especialista debe demostrar una actitud empática hacia los padres, debe tratar de dar respuesta a sus interrogantes y proporcionarle herramientas para que estos puedan contribuir con el proceso de intervención.
Una vez realizada la evaluación psicopedagógica del niño debe redactarse el informe, el cual tiene por objeto informar sobre los resultados de la evaluación a padres y maestros, con miras a proponer una intervención educativa que provea los apoyos requeridos por el alumno. Un buen informe debería contener:

I. Datos de identificación:
Nombre y apellido:
Lugar y fecha de nacimiento:
Edad cronológica: (años.meses Ejem. 8.5)
Sexo:
Colegio:
Grado que cursa:
Fecha de evaluación:
Evaluador:

II. Motivo de la evaluación (explicar brevemente el motivo por el cual el niño ha sido remitido a la Unidad Psicoeducativa o Aula integral)

III. Historia o anamnesis (Describir la historia del niño. a) Nombres de los padres, edades y ocupación.  b) Número de hermanos y lugar que ocupa el niño entre estos. c) Condiciones generales de desarrollo y salud del niño: nacimiento, enfermedades que ha padecido, desarrollo del embarazo y parto, edad en que caminó y comenzó a hablar, desarrollo emocional. d) enfermedades o condiciones presentes en la familia. e) historia escolar del niño.

IV. Materiales empleados para la evaluación (Exponer los materiales y técnicas empleados para realizar la evaluación. Ejemplo: Observación en aula regular, observación en el aula integrada o UPE, Revisión de materiales escolares, entrevista a padres, entrevista a maestra, entrevista al niño, pruebas aplicadas)

V. Resultados de la evaluación (Descripción de los resultados obtenidos en las áreas evaluadas: lectura, escritura, matemáticas, interacción con sus pares, uso del lenguaje, atención, entre otras. Fortalezas evidenciadas).

VI. Diagnóstico Impresión diagnóstica derivada de los resultados de la evaluación: describir de manera clara la conclusión final a la cual se llega luego de la evaluación del niño. Ejemplo:

J.M es un niño de 9.5 años de edad cronológica, cursante del cuarto grado de educación básica, en quien se evidencia un desarrollo lector por debajo de lo esperado para su edad y grado que cursa, caracterizado por lectura silábica, imaginaria y pobre comprensión lectora, lo que incide en el aprendizaje de otras materias escolares y genera situaciones de falta de motivación, frustración y baja autoestima.

VII. Recomendaciones: Exponer de manera clara las decisiones que se tomarán para dar respuesta a las necesidades del educando. Ejemplo:
Se recomienda realizar intervención psicopedagógica en el aula integrada dos veces a la semana por un lapso de tiempo de 45 minutos cada sesión con la finalidad de prestar la atención educativa requerida.
Planificar la atención educativa en colaboración en aula regular una vez a la semana.
Proporcionar a la maestra de aula regular las estrategias apropiadas para desarrollar las adecuaciones curriculares requeridas por JM y trabajar de manera colaborativa maestra regular-maestra especialista.
Incluir a los padres de JM en el plan de intervención para asegurar el éxito de la intervención.
Realizar evaluación oftalmológica que permita descartar problemas a nivel visual.
Evaluación trimestral de los avances de JM.


Cómo citar este post:
Corredor, Z. (diciembre, 2016). Importancia del informe en la comunicación de los resultados de la evaluación psicopedagógica. [Mensaje de blog]. Recuperado de


Referencias
Fernandez, J. (2006). De la integración de alumnos de educación especial a la escolarización de alumnos con necesidades educativas especiales. En: Peñafiel, F., Fernández, J., Domingo, J., y Navas, J. (2006). La intervención en Educación Especial. Madrid: CCS. (pp. 25-38)

Patton, Payne, Kauffman, Brown y Payne. (1995). Casos de Educación Especial. México: Limusa.

Rief. S. (2004). Cómo tratar y enseñar al niño con problemas de atención e hiperactividad. Técnicas, estrategias e intervenciones para el tratamiento del TDA-TDAH. Buenos Aires: Paidós.

lunes, 10 de octubre de 2016

7 TIPS PARA DESARROLLAR UNA MONOGRAFÍA

Dra. Zuleima Corredor
Universidad Nacional Abierta
Si te interesa algo de lo aquí expuesto no dudes en tomarlo
solo no olvides citar y referenciar tu fuente
Por una cultura del conocimiento libre


Hola, en esta publicación quiero compartir con ustedes algunos tips o recomendaciones para desarrollar de manera éxitosa un escrito monográfico. Lo primero que debes saber es que una monografía es un trabajo de investigación documental que tiene por finalidad estudiar de manera profunda y exhaustiva un tema específico. En este sentido la monografía constituye una excelente estrategia para conocer, analizar, profundizar en un tema específico.
Con el auge de las tecnologías de la información y comunicación y con las facilidades que nos proporciona internet, resulta sumamente sencillo acceder a información sobre cualquier tópico de nuestro interés, pero alerta, no toda la información disponible es válida, ni ha sido generada siguiendo estándares de calidad y menos aun respetando los códigos de la ética para el manejo de la información. ¿Se han fijado ustedes en cuántas páginas de internet encontramos repetida la misma información sin referenciar a los autores originales?
Pues bien, la intención de este post es presentar 7 tips que les ayudarán a realizar una monografía con parámetros de calidad, que te permitirán realmente aprender de un tema específico, presentar un informe de calidad con una estructura lógica respetando los autores citados en el documento, exponer las ideas de manera clara, sencilla y con el uso adecuado del lenguaje de la disciplina de estudio correspondiente.
Allá vamos pues:

1. Antes de comenzar a escribir debes reflexionar, meditar y aclarar en qué consiste el tema de estudio.  
Muchas veces iniciamos la monografía escribiendo sin parar, sin meditar previamente acerca de aquello que deseamos conocer. De allí que terminamos copiando cualquier cantidad de información irrelevante o sin un sentido lógico.  Te propongo que antes de escribir, realices un pequeño bosquejo de lo que deseas investigar: Delimita el tema, piensa en la profundidad que deseas alcanzar, delimita a través de interrogantes qué es lo que quieres conocer, luego asigna títulos y sub títulos que le darán estructura a los capítulos de la monografía. Esto no es una camisa de fuerza, es una guía; tal vez cuando comiences a revisar, te darás cuenta que te faltó algún aspecto que bien puedes incorporar o tal vez decidas que algún punto previamente establecido no es necesario.

Ejemplo:

Tema: La educación especial en Venezuela

Preguntas orientadoras:
¿Qué es la educación especial? ¿Cómo se originó? ¿Quiénes son los representantes principales? ¿Cómo ha sido el proceso evolutivo en el mundo y en Venezuela? ¿Quiénes son los destinatarios de los servicios? ¿Existe un marco legal que la regule?

Posibles temas:
Capítulo I. La educación especial
1.1. Conceptualización de la educación especial
1.2. Evolución histórica
1.3. Principales representantes
Capítulo 2. La educación especial en Venezuela
2.1. Génesis de la Educación especial en Venezuela
2.2. Servicios de educación especial en Venezuela
2.3. Destinatarios de los servicios de educación especial
Capítulo 3. Marco legal regulatorio de la EE
3.1. Marco legal internacional
3.2. Marco legal venezolano
3.3. Instancias reguladoras de la EE en Venezuela

2. Búsqueda de información bibliográfica y de fuentes electrónicas


Una vez que hemos delimitado el tema, debemos emprender la búsqueda y organización de la información, la cual debe ser exhaustiva y pertinente. Para la búsqueda bibliográfica podemos asistir a la biblioteca de la universidad, buscar en el catálogo en línea aquellos textos que pudieran ser de interés. Podemos revisar en la base de datos de los artículos de revistas de la universidad o de otras universidades.
Cuando encontremos alguna información de interés debemos tomar nota de la fuente, para lo cual debemos manejar un sistema de fichaje o de notas,  el cual puede realizarse en un cuaderno o directamente en nuestro computador. Para tomar nota de la fuente debemos recoger la información del autor, fecha, título del libro, editorial, ciudad y número de página de la cual hemos extraído la información. Para hacer una referencia de manera adecuada es necesario manejar las normas de citación APA: http://www.slideshare.net/zuleco/normas-apa-sexta-edicin-48810433?ref=http://difuna.blogspot.com/search/label/Normas%20APA%20%28Sexta%20Edici%C3%B3n%29
Si estás buscando información en la red te sugiero utilizar el Google Académico: https://www.google.co.ve/?gfe_rd=cr&ei=9Iv7V7HtEIeD6APujKzYCw ya que en este se filtra la búsqueda hacia fuentes validadas, artículos de revistas, trabajos de investigación, ensayos académicos, entre otros. Igualmente debes citar tus fuentes tal y como lo indican las Normas APA para fuentes electrónicas. Evita emplear sitios como: monografías.com, buenas tareas, rincón del vago, entre otros.
Para organizar la información de internet puedes generar una carpeta de favoritos, acá les dejo un video para quienes requieran mayor información de cómo crear carpetas en favoritos https://www.youtube.com/watch?v=JWmjvdnXGb8 Puedes asignar como nombre de la carpeta, el título de la monografía, así podrás guardar allí todas las páginas que contienen información de interés y podrás acceder con mayor facilidad y celeridad a la información, siempre que la necesites.


3. Redacción de la monografía 



Un error común que he evidenciado en los trabajos monográficos de los estudiantes de pregrado, es que se limitan a copiar y pegar información de internet tal y como la encuentran. De modo que el producto que entregan es una simple copia de dos o tres páginas de internet, muchas veces ni siquiera tienen el cuidado de editar dicho contenido. Esta es una conducta ética inadecuada, ya que constituye un plagio y conllevará irremediablemente a sanciones en la evaluación.
Te sugiero que bases la redacción de la monografía en el esquema previamente establecido, incluyendo aquellos puntos que pudieron emerger durante la revisión bibliográfica o de internet. Aunque la monografía es una revisión de fuentes y no debe ser necesariamente original, no debes copiar y pegar información sin referenciar y no debes copiar trabajos o páginas web completas. Debes seguir tu esquema, tus objetivos, tus propósitos de aprendizaje, es el único modo de garantizar el aprendizaje de la temática abordada.
Te invito entonces a parafrasear a los autores, utilizar distintas fuentes para enriquecer el trabajo, emplear un lenguaje sencillo y claro, escribir en tercera persona o en plural, cuidar la ortografía, prestar atención a los conectores que utilizas para enlazar los párrafos, emplear de manera adecuada la terminología propia de la disciplina, evitar el uso de expresiones subjetivas, rimbombantes o rebuscadas como: es sumamente extraordinario, sin duda es gravísimo, definitivamente es espectacular, entre otras; evitar el uso de expresiones de tipo personal como: yo creo, yo pienso, me parece, entre otras; citar a los autores dentro del texto (siguiendo las normas APA), cuando tomes algo textualmente o cuando parafrasees ideas de otros; presenta un trabajo ordenado con títulos y subtítulos por capítulos, si incluyes anexos estos deben ser pertinentes, no debes colocar imágenes de niños estudiando o maestras enseñando en los anexos, ya que no tienen ningún aporte al tema, puedes colocar en anexos tablas y gráficos con información de interés.

4. La introducción

Es la puerta de entrada a la monografía, de allí que su papel es fundamental pues debe en primer lugar captar la  atención y motivación del lector e informar acerca de lo que se abordará en la misma. Muchos estudiantes se limitan a colocar dos párrafos que poco o nada dicen acerca del trabajo realizado y otros se atreven a copiar información textual de sitios web. Te recomiendo seguir los siguientes pasos para una apropiada introducción:
       a. El primer párrafo es totalmente introductorio al tema. De qué trata, por qué es importante, cuál es el objetivo seguido por el autor.
      b.Un segundo párrafo podría señalar la justificación de este trabajo en la formación profesional del futuro docente especialista y el procedimiento llevado a cabo para el desarrollo del mismo.
         c. Tercer párrafo informa acerca de la estructura del trabajo y de los aspectos que se abordarán.
     d. Cuarto párrafo invita a la lectura del trabajo y hace énfasis en los aprendizajes alcanzados con la revisión que se presenta.

5. Las conclusiones 

Al igual que la introducción, las conclusiones son de singular importancia porque demuestran los aprendizajes alcanzados por el estudiante, su punto de vista respecto a los aspectos tratados, su análisis crítico de la información, su postura en relación al tema y señalan hasta qué punto se han alcanzado los objetivos planteados al inicio de la investigación documental. De allí que las conclusiones deben basarse en los argumentos expuestos en la monografía, deben representar puntos de vista valorativos por parte del autor, deben señalar si se han logrado los objetivos, deben aludir a los autores principales que se han revisado y a sus posturas. Sugiero que por lo menos se realice una conclusión por cada uno de los capítulos abordados, acá el estudiante debe demostrar su capacidad de síntesis.

6. Extensión de la monografía 


Una monografía puede tener una extensión larga o corta, sin embargo, la extensión de la misma no va a determinar per se la calidad de la misma, sino que va a ser la calidad de la información recopilada y la claridad, organización y pertinencia en la exposición de las ideas, lo que va a garantizar un trabajo de calidad. Sugiero que una monografía no debe exceder las 30 páginas, como mínimo 20; incluyendo introducción, índice y conclusiones.

7. Estructura
Existen muchos modelos para organizar de manera lógica una monografía, propongo ante todo la sencillez en su estructuración, tal y como sigue:

a.  Portada
b. Índice
c. Introducción
d. Cuerpo o desarrollo (capítulos que la conforman)
e. Conclusiones
f. Referencias bibliográficas (Siguiendo las normas APA)
g.  Anexos (Si los hubiera y fueran relevantes)

Cómo citar este post:
Corredor, Z. (octubre, 2016). 7 Tips para desarrollar una monografía. [Mensaje de blog]. Recuperado de https://difuna.blogspot.com/2016/10/7-tips-para-desarrollar-una-monografia.html 

jueves, 4 de agosto de 2016

Reflexiones sobre la evaluación de los aprendizajes

Dra. Zuleima Corredor
Universidad Nacional Abierta

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Por una cultura del conocimiento libre

La evaluación de los aprendizajes es uno de los puntos álgidos en educación; empleada históricamente como medio para certificar los aprendizajes obtenidos por los estudiantes en función de unos objetivos educativos previamente planteados, se ha constituido en el instrumento de segregación y discriminación escolar y social por excelencia, al dividir a los estudiantes entre “buenos y malos”, “inteligentes y torpes”, “ágiles y lentos”, “ejemplares y mediocres”…
La escuela se convierte entonces, no en el lugar donde se puede desarrollar el ser humano de manera integral de acuerdo con sus rasgos y características personales, sino en el lugar donde aprendemos, que debemos ser los mejores a toda costa; de allí que la escuela se convierte en una institución generadora de todo tipo de competencia, en la cual unos obtendrán el éxito y otros fracasarán y como consecuencia estarán destinados a ser excluidos.
Todavía hoy, en pleno siglo XXI, mientras los docentes del mundo entero se declaran constructivistas y abiertos a la diversidad, podemos observar en los colegios, cuadros de honor, en los cuales se exhiben con orgullo las excelentes calificaciones de un reducido número de estudiantes, mientras que aquellos que no logran, esos “ideales” de excelencia, van siendo emplazados a trabajar más fuerte para lograrlas,  sin tomar en cuenta  que estos niños, seguramente,  han dado su cien por ciento. Sin embargo la medida ha sido puesta fuera de su ser, la medida la establece aquel que es “el mejor”, “el más rápido”, “el más inteligente”…
Esta cultura competitiva, excluyente y estigmatizadora generada por la escuela, tiene implicaciones de suma importancia en el desarrollo personal y social de los estudiantes. De allí que resulta urgente, que de una vez por todas, la escuela, los docentes, los padres, la sociedad, comprendan su decisivo rol en la formación de los niños durante su escolaridad. Al respecto traigo a colación una cita textual de Ortega (2005), que considero muy pertinente para apoyar mi idea:

Los niños y niñas entre seis y 12 años progresan mucho en el conocimiento que tienen sobre si mismos (Secadas y Román, 1981). Pero al reconocimiento de sus capacidades y limitaciones se debe unir la permanente puesta en evaluación que reciben de la escuela y familia. Así para ciertos escolares los sentimientos de competencia e inferioridad pueden ser abrumadores. De acuerdo con la descripción clásica de Erickson (1968, 1980, 1982), sentimientos de incompetencia y de miedo a la inferioridad pueden dificultar la progresiva adquisición de independencia y autonomía que los escolares necesitan para abordar adecuadamente exigencias de la vida escolar (p. 229).


Como docentes, debemos considerar nuestra responsabilidad ineludible para contribuir a formar no solo niños con unos conocimientos en matemáticas, en lectura, en escritura, en ciencias, en historia… sino que debemos contribuir a formar ante todo, seres humanos integrales, psicológicamente sanos, alegres, colaboradores, socialmente integrados y respetuosos de la diversidad presente en las aulas de clases.
Me viene a la mente esta reflexión justo ahora que acaba de culminar el año escolar en nuestro país, ya que aunque nuestro sistema educativo, al menos nominalmente, se haga llamar constructivista y aunque en educación básica se hayan cambiado los odiosos números por letras, en el fondo, la práctica de la evaluación continua siendo segregadora, positivista, orientada a los resultados, y profundamente competitiva. De manera que al final de cada año escolar tendremos dos escenarios posibles: el de los ganadores y el de los perdedores.
Al respecto Ortega (2005) plantea “El éxito y el fracaso escolar resultan componentes importantes de la autoestima, porque afirman o niegan el valor cognitivo y social, y proporcionan criterios de evaluación para la autoestima personal” (p. 230).
De manera que no podemos perder de vista el primero de los fines de la educación plasmado en la Ley Orgánica de Educación (2009): Desarrollar el potencial creativo de cada ser humano para el pleno ejercicio de su personalidad…
En este post quisiera reflexionar acerca de lo que debe ser la evaluación educativa, como elemento de gran trascendencia en el desarrollo de los procesos de enseñanza aprendizaje. Para lo cual me permito presentar un cuadro comparativo de lo que es y lo que debería ser; hacía donde debería tender nuestra acción docente en el escenario mundial actual de apertura a la diversidad. Me apoyaré en algunas de las ideas de Cullen y Pratt (1999) y Martín (2006):

LA EVALUACIÓN EDUCATIVA
Lo que es
Lo que debe ser
Su fin último es certificar el logro o no de los objetivos por parte del estudiante.
Su fin es recopilar información sobre el progreso del alumnado.
Informa mediante calificaciones numéricas o literales la actuación del estudiante en un momento dado.
Informa sobre los avances y dificultades que se evidencian en diferentes momentos del desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Se caracteriza por utilizar como único método la aplicación de pruebas estandarizadas o informales.
Además de aplicar pruebas, se utiliza la observación del educando en diversos contextos, entrevistas con los padres, entrevistas con el alumnado.
Se enfoca en el resultado, de allí que se destaca la importancia de la calificación.
Se enfoca en el proceso realizado por el estudiante y en la detección de fortalezas y necesidades de apoyo.
Sirve para medir y ubicar al estudiante de acuerdo al puntaje obtenido.
Sirve para conocer el progreso del estudiante, la pertinencia de la planificación educativa, la calidad y pertinencia de las actividades y  recursos utilizados, valorar la actuación del docente, incorporar mejoras y proporcionar las ayudas requeridas por los estudiantes.
Se limita a medir el ámbito estrictamente académico.
Valora al educando de manera integral: desarrollo físico, desarrollo personal y social, intereses, motivaciones, valores.
Generalmente se realizan pruebas de papel y lápiz.
Se emplean múltiples técnicas: pruebas, debates, exposiciones, proyectos grupales, trabajos individuales.
Controles evaluativos discontinuos
Evaluación continua
El efecto de la evaluación suele ser estresante y negativo para el estudiante.
El efecto de la evaluación es constructivo, ya que es parte integral de todo el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Sobrevaloración de la memoria
Valoración de conocimientos, habilidades, destrezas, valores y actitudes.
Paradigma positivista , racionalista, eficientista
Paradigma interpretativo

¿Cómo podemos mejorar nuestras prácticas evaluativas?



Ahora bien, una vez diferenciado el ser del deber ser,  ¿qué pasos podemos dar los docentes para trascender desde este modelo positivista, segregador y estéril, hacia un modelo de evaluación constructivo, inclusivo y enriquecedor?
1.    Concebir la evaluación como elemento esencial del proceso de aprendizaje, de este modo podremos detectar prontamente dificultades, problemas o necesidades de apoyo de cualquier alumno en un momento dado y aportar las soluciones necesarias.
2.    Adecuar la forma de evaluación a la tarea y al tipo de aprendizaje, no todos los objetivos pueden ser evaluados del mismo modo.
3.    La evaluación debe ser concebida como algo positivo por el estudiante, de allí que deban eliminarse todo tipo de pruebas en las que se emplean las famosas “conchas de mango” (para hacer caer a los estudiantes), preguntas rebuscadas o ambigüas; todo con la finalidad de aumentar las probabilidades de éxito y mejorar la confianza del estudiante en sí mismo y en sus capacidades.
4.    Utilizar diferentes tipos de pruebas en diferentes momentos del proceso de aprendizaje que proporcione información fiable del progreso o de las dificultades que pudieran presentarse.
5.    Valorar al estudiante no solo en lo cognitivo y académico sino integralmente, destacar sus fortalezas en la relación con los demás, en su propia forma de ser, en la vivencia de los valores, en la actitud positiva que demuestra.
6.    Comunicar permanentemente acerca del progreso del estudiante. No debe dejarse para el final del lapso o del corte, debe informarse al alumno y a los padres de manera continua sobre los logros que se van generando y también sobre las dificultades, para que se puedan tomar a tiempo, conjuntamente con el personal de los diferentes servicios con que cuenta la institución (orientadores, psicólogos, docentes especialistas, psicopedagogos) las decisiones necesarias para proporcionar al alumnado las ayudas requeridas.
7.    Del punto anterior se deriva que no podemos evaluar a todos los educandos del mismo modo. Aquí entra en juego entonces el tema de las adecuaciones curriculares. Una vez que hemos detectado dificultades en el alumnado, debemos atenderlas. De allí que por ejemplo, si un alumno por cualquier dificultad no puede trabajar rápidamente, pues adecuamos y en lugar de colocar 10 ejercicios de suma, le colocamos 5. La pregunta es ¿Qué estoy evaluando? ¿La adquisición de competencias matemáticas o la velocidad con que las resuelven? ¿Qué me está pidiendo el currículo velocidad o dominio de la suma?
8.    Ya que el estudiante es el centro del proceso de aprendizaje, se le debe explicar, qué es lo que no ha podido realizar correctamente, dónde están los fallos. Ayudarle a comprender en qué aspectos requiere fortalecerse, para que pueda modificar su actuación.
9.    Propiciar suficientes oportunidades para practicar y demostrar sus avances.
10. Debemos además recordar que no solo los niños integrados, o con alguna discapacidad, o necesidades educativas especiales requieren ayudas. Todos los niños, en cualquier momento pudieran requerir apoyos especiales para avanzar, de allí que debemos estar muy atentos.

Todo lo dicho hasta ahora nos permite concluir, que es posible y necesario, que como docentes modifiquemos nuestros paradigmas frente a la evaluación. Para lo cual es necesario que propiciemos oportunidades de éxito y acompañamiento, más que de fracaso y estigmatización; más colaboración y participación y menos competencia; más valoración de la diversidad y menos uniformidad y normalización.


Referencias
Cullen, B., y Pratt, T. (1999). Medir e informar sobre el progreso de cada alumno. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea (195-216).
Ley Orgánica de Educación. (2009). Caracas.
Martín, Q. (2006). Organización y dirección de Centros Educativos innovadores. El centro educativo versátil. Madrid: McGrawHill.
Ortega, R. (2005). Psicología de la enseñanza y desarrollo de personas y comunidades. México: Fondo de Cultura Económica.

Cómo referenciar este post:

Corredor, Z. (04-08-16). Reflexiones sobre la evaluación de los aprendizajes. [Mensaje de blog] Recuperado de https://difuna.blogspot.com/2016/08/algunas-reflexiones-sobre-la-evaluacion.html


lunes, 18 de abril de 2016

Principios que fundamentan la intervención educativa especializada en Dificultades de Aprendizaje




 Imagen tomada de: http://cdn.maternidadfacil.com/wp-content/uploads/2015/03/problemas-aprendizaje_2.jpg

Dra. Zuleima Corredor Ponce
Universidad Nacional Abierta

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Para garantizar una atención educativa integral especializada de calidad, del alumnado que presenta dificultades de aprendizaje, es necesario que tanto los docentes especialistas, como los docentes de aula regular comprendan la importancia de implementar sus decisiones y acciones sobre la base de una serie de principios de gran importancia. En este post, se exponen algunos principios definidos por diversos autores para el área de Dificultades de Aprendizaje, pero que bien pueden generalizarse para la atención educativa de estudiantes con diferentes necesidades educativas especiales. Asumiremos los principios que deben regir la intervención psicopedagógica, expuestos por Santiuste y González (2005):

·         La intervención debe basarse en el diagnóstico previo
·         La intervención debe atender a la valoración del alumno
·         La enseñanza debe ser individualizada
·         El programa debe ser estimulante y motivador
·         La intervención debe atender al entorno del educando (escolar – familiar)
·         Evaluación continua del progreso del alumno
·         Se deben utilizar métodos de eficacia comprobada

1. Toda acción educativa debe basarse en el diagnóstico (Brueckner y Bond, 1984)
En este sentido es de gran importancia que previamente a la definición y planificación de la atención, se desarrolle el proceso de evaluación psicopedagógica integral (interdisciplinaria), el cual señalará tanto las potencialidades como las debilidades del educando y es precisamente en función de esa información que se fundamentará la atención educativa.
2.    El alumno es el centro de la atención educativa especializada (Sánchez y Torres, 2004)
Este principio se fundamenta especialmente en las teorías de aprendizaje cognitivo, lo cual supone una participación activa del alumno. La mente no es un deposito que debe llenarse, sino “un principio activo de comprensión, integración y ordenación de cuanto nos rodea, de capacidad resolutoria ante los problemas que el entorno nos presenta, de transformación de la realidad” (p. 34).
Implica además valorar a cada alumno desde sus características individuales, promoviendo el valor de la diversidad, afirmando la identidad de cada uno (Ford, Darvern y Schnorr, 1999), es decir, valorarlos por lo que son. Este aspecto es de suma importancia, pues los educandos con necesidades educativas especiales se han enfrentado con frecuencia al fracaso en el ámbito educativo, de allí que la planificación de las actividades debe ajustarse a sus posibilidades reales, permitiéndole actuar, capacitándole para superar sus dificultades.  Implica que se valore su actuación y se destaque su esfuerzo y sus logros.
Para el caso específico de educandos con Dificultades de Aprendizaje (Mercer, 1991) señala la importancia de proporcionar posibilidades de éxito al estudiante para evitar la aparición de sentimientos de angustia, frustración, conductas inadecuadas y poca motivación ante la tarea.
3.       Enseñanza individualizada (Sánchez y Torres, 2004)
En consonancia con el punto anterior, la planificación educativa y la intervención deben ser individualizadas. Esto no quiere decir que se deba aplicar un currículo distinto al general de la clase, sino que este debe ser adaptado a las capacidades y debilidades evidenciadas en la evaluación. Se trata de generar posibilidades de éxito al educando, sin apartarlo de los objetivos generales de la escuela. Es importante que los docentes y en los centros escolares se entienda la importancia de las adaptaciones curriculares ya que con un currículo  cerrado y rígido no es posible atender a la diversidad de necesidades que pueden presentarse en la escuela (Fernández, 1999).
En palabras de Mercer (1991), la instrucción individualizada no se trata de enseñar uno a uno, sino en proponer tareas adecuadas a las capacidades de los alumnos, procurando mantener la motivación. Es decir, “una instrucción a la medida de sus necesidades” (p. 214). Para el autor en referencia, la enseñanza individualizada se caracteriza por: a) objetivos pedagógicos variables, b) puntos de ingreso variables al currículo, c) variabilidad en el tiempo y ritmo destinado a la tarea, d) participación activa del alumno en la toma de decisiones, e) evaluación del alumno con referencia a criterios.
4.       Selección de actividades y recursos estimulantes y motivantes
Este aspecto viene estrechamente vinculado a los dos puntos anteriores, se debe procurar que las actividades sean motivantes, que inviten al niño a aprender, que pueda experimentar el éxito, es muy importante propiciar aprendizajes colaborativos y evitar la competencia entre los estudiantes. Las actividades planificadas deben ser flexibles, creativas, estimulantes.
Otro aspecto a destacar es que se debe cuidar la calidad de los recursos didácticos y la adecuación de estos al nivel de funcionamiento del alumno.  Peñafiel y Hernández (2006), señalan algunas características que estos deben poseer: a) que permitan codificar/decodificar mensajes en otros tipos de lenguaje no estrictamente verbales (variedad de estímulos y formatos); b) que funcionen como catalizadores de aprendizaje en la medida que despiertan la motivación e interés; c) que permitan desarrollar destrezas y habilidades y posibilitan la interacción y el trabajo en equipo.
5.       Tomar en cuenta las circunstancias ambientales en que el niño se desenvuelve.
Este factor es de vital importancia para lograr mejoras cualitativas en los educandos con necesidades especiales, por o que se debe intervenir tomando en cuenta el contexto del aula regular como el contexto familiar en que se desenvuelven los estudiantes. En la actualidad se cuestiona la eficacia de  modelos de atención segregadores enfocados en procesos específicos, aislados de los aprendizajes escolares y el contexto natural del educando.
En este sentido es importante tomar en cuenta los argumentos de Sánchez y Torres (2004) para el caso de educandos con Dificultades de Aprendizaje (DA), según estos autores, se debe asumir un enfoque integrador, que entienda que si bien las DA pueden ser generadas por factores orgánicos intrínsecos al sujeto, en muchos casos pueden verse relacionadas con factores curriculares, es decir, por inadecuados métodos de enseñanza. Se debe dotar al docente regular de estrategias que le permitan atender a la diversidad del alumnado. El trabajo interdisciplinario y colaborativo entre docentes regulares y especialistas puede coadyuvar a minimizar el impacto de modelos educativos ineficientes.
Es indispensable involucrar y formar al núcleo familiar para que en el hogar se fortalezcan los procesos de intervención iniciados en la escuela. “En la familia se dan vivencias, actitudes y comportamientos cuya vivencia es trascendental; por ello pretendemos potenciar la implicación de los padres en el aprendizaje de sus hijos, pues su pues su papel educador es insustituible” (Sánchez y Torres, 2004, p. 38).
6.       Evaluación constante del progreso del niño
La atención psicopedagógica debe caracterizarse por ser constante, se debe valorar el progreso del estudiante en todo momento, de manera que la evaluación debe aportar información valiosa acerca de la pertinencia de mantener la planificación o la necesidad de incorporar cambios a la misma. Se debe evaluar no solo la actuación del chico, sino la planificación en sí misma, los materiales y recursos, los apoyos prestados, las adaptaciones propuestas. Todo el proceso de intervención debe ser flexible y susceptible de cambios y ajustes.
La evaluación del progreso del alumno debe realizarse a través de diversos métodos, que permitan obtener información de cómo el alumno está aprendiendo. Cullen y Pratt (1999), señalan que la evaluación debe trascender de la mera acreditación, hacia un proceso que cuya utilidad es más relevante y amplia. Según los citados autores la evaluación debe aportar información acerca de:
·         Determinar si se han alcanzado los objetivos.
·         Contribuir al desarrollo y puesta en práctica de un plan educativo que satisfaga las necesidades de los alumnos.
·         Ayudar al maestro a determinar la dirección que deba seguir en el futuro.
·         Proporcionar información sobre la calidad del ambiente de aprendizaje para determinados tipos de aprendizaje.
·         Determinar la eficacia del proceso o la metodología docente.
·         Proporcionar una base para el apoyo extra que haya que facilitar cuando sea necesario (p.197).

7.       Emplear métodos de probada eficacia
Es indispensable que los docentes especialistas conozcan los distintos enfoques teóricos y modelos derivados de estos para la atención educativa del alumnado con necesidades especiales. No existen recetas, ni métodos únicos que actúen a modo de panacea, tampoco existe un único enfoque teórico válido. En el caso de las dificultades de aprendizaje este hecho es aún más evidente debido a las múltiples manifestaciones y variedad de problemáticas que difieren de un sujeto a otro.
En la intervención educativa en DA, actualmente, suele optarse por modelos integradores, basados en enfoques conductuales, cognitivos, ecológicos, curriculares, entre otros  (Mercer, 1991; Sánchez y Torres, 2004). Por su parte, González y Núnez (1998),  muestran programas de intervención educativa para dificultades específicas en el aprendizaje académico de lectura, escritura y cálculo basados en modelos cognitivos. Aguilera (2003) hace referencia a modelos de intervención de entrenamiento en habilidades básicas: perceptivo motor, perceptivo visual, psicolingüístico y de capacidades específicas. Modelos conductuales, modelos cognitivos, integración de modelos neuropsicológicos y cognitivos y alude a la perspectiva constructivistas.

 Cómo citar este post:

Corredor, Z. (18-04-2016). Principios que fundamentan la intervención educativa especializada en Dificultades de aprendizaje. [Mensaje de blog] Recuperado dehttp://difuna.blogspot.com/2016/04/principios-que-fundamentan-la.html

Referencias
Aguilera. A. (coord.). (2003). Introducción a las Dificultades de Aprendizaje. Madrid: Mc Graw Hill.
Brueckner, L; Bond, G. (1984). Diagnóstico y tratamiento de las Dificultades de Aprendizaje. Madrid: Rialp.
Cullen, B., y Pratt, T. (1999). Medir e informar sobre el progreso de cada alumno. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea  (p. 195-217).
Fernández, J. (1999). De la integración de los alumnos de educación especial a la escolarización de alumnos con necesidades educativas especiales. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea.
Ford, A., Darvern, L.,  y Schnorr, R. (1999). Educación inclusiva. Dar sentido al currículo. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea.
González, J., Núñez, J. (1998). Dificultades del aprendizaje escolar. Madrid: Pirámide.
Mercer, C. (1991). Dificultades de aprendizaje: origen y diagnóstico. Barcelona: CEAC.
Peñafiel. F., Fernández, J. (2006). Los recursos como indicadores de calidad en la intervención psicopedagógica. En: La intervención en Educación Especial. Madrid: CCS. (p. 57-78).
Sánchez, A., y Torres, J. (2004). Educación Especial II. Ámbitos específicos de intervención. Madrid: Pirámide.
Santiuste, V., y González, J. (2005). Dificultades de aprendizaje e intervención psicopedagógica. Madrid: CCS.