lunes, 18 de abril de 2016

Principios que fundamentan la intervención educativa especializada en Dificultades de Aprendizaje




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Dra. Zuleima Corredor Ponce
Universidad Nacional Abierta

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Para garantizar una atención educativa integral especializada de calidad, del alumnado que presenta dificultades de aprendizaje, es necesario que tanto los docentes especialistas, como los docentes de aula regular comprendan la importancia de implementar sus decisiones y acciones sobre la base de una serie de principios de gran importancia. En este post, se exponen algunos principios definidos por diversos autores para el área de Dificultades de Aprendizaje, pero que bien pueden generalizarse para la atención educativa de estudiantes con diferentes necesidades educativas especiales. Asumiremos los principios que deben regir la intervención psicopedagógica, expuestos por Santiuste y González (2005):

·         La intervención debe basarse en el diagnóstico previo
·         La intervención debe atender a la valoración del alumno
·         La enseñanza debe ser individualizada
·         El programa debe ser estimulante y motivador
·         La intervención debe atender al entorno del educando (escolar – familiar)
·         Evaluación continua del progreso del alumno
·         Se deben utilizar métodos de eficacia comprobada

1. Toda acción educativa debe basarse en el diagnóstico (Brueckner y Bond, 1984)
En este sentido es de gran importancia que previamente a la definición y planificación de la atención, se desarrolle el proceso de evaluación psicopedagógica integral (interdisciplinaria), el cual señalará tanto las potencialidades como las debilidades del educando y es precisamente en función de esa información que se fundamentará la atención educativa.
2.    El alumno es el centro de la atención educativa especializada (Sánchez y Torres, 2004)
Este principio se fundamenta especialmente en las teorías de aprendizaje cognitivo, lo cual supone una participación activa del alumno. La mente no es un deposito que debe llenarse, sino “un principio activo de comprensión, integración y ordenación de cuanto nos rodea, de capacidad resolutoria ante los problemas que el entorno nos presenta, de transformación de la realidad” (p. 34).
Implica además valorar a cada alumno desde sus características individuales, promoviendo el valor de la diversidad, afirmando la identidad de cada uno (Ford, Darvern y Schnorr, 1999), es decir, valorarlos por lo que son. Este aspecto es de suma importancia, pues los educandos con necesidades educativas especiales se han enfrentado con frecuencia al fracaso en el ámbito educativo, de allí que la planificación de las actividades debe ajustarse a sus posibilidades reales, permitiéndole actuar, capacitándole para superar sus dificultades.  Implica que se valore su actuación y se destaque su esfuerzo y sus logros.
Para el caso específico de educandos con Dificultades de Aprendizaje (Mercer, 1991) señala la importancia de proporcionar posibilidades de éxito al estudiante para evitar la aparición de sentimientos de angustia, frustración, conductas inadecuadas y poca motivación ante la tarea.
3.       Enseñanza individualizada (Sánchez y Torres, 2004)
En consonancia con el punto anterior, la planificación educativa y la intervención deben ser individualizadas. Esto no quiere decir que se deba aplicar un currículo distinto al general de la clase, sino que este debe ser adaptado a las capacidades y debilidades evidenciadas en la evaluación. Se trata de generar posibilidades de éxito al educando, sin apartarlo de los objetivos generales de la escuela. Es importante que los docentes y en los centros escolares se entienda la importancia de las adaptaciones curriculares ya que con un currículo  cerrado y rígido no es posible atender a la diversidad de necesidades que pueden presentarse en la escuela (Fernández, 1999).
En palabras de Mercer (1991), la instrucción individualizada no se trata de enseñar uno a uno, sino en proponer tareas adecuadas a las capacidades de los alumnos, procurando mantener la motivación. Es decir, “una instrucción a la medida de sus necesidades” (p. 214). Para el autor en referencia, la enseñanza individualizada se caracteriza por: a) objetivos pedagógicos variables, b) puntos de ingreso variables al currículo, c) variabilidad en el tiempo y ritmo destinado a la tarea, d) participación activa del alumno en la toma de decisiones, e) evaluación del alumno con referencia a criterios.
4.       Selección de actividades y recursos estimulantes y motivantes
Este aspecto viene estrechamente vinculado a los dos puntos anteriores, se debe procurar que las actividades sean motivantes, que inviten al niño a aprender, que pueda experimentar el éxito, es muy importante propiciar aprendizajes colaborativos y evitar la competencia entre los estudiantes. Las actividades planificadas deben ser flexibles, creativas, estimulantes.
Otro aspecto a destacar es que se debe cuidar la calidad de los recursos didácticos y la adecuación de estos al nivel de funcionamiento del alumno.  Peñafiel y Hernández (2006), señalan algunas características que estos deben poseer: a) que permitan codificar/decodificar mensajes en otros tipos de lenguaje no estrictamente verbales (variedad de estímulos y formatos); b) que funcionen como catalizadores de aprendizaje en la medida que despiertan la motivación e interés; c) que permitan desarrollar destrezas y habilidades y posibilitan la interacción y el trabajo en equipo.
5.       Tomar en cuenta las circunstancias ambientales en que el niño se desenvuelve.
Este factor es de vital importancia para lograr mejoras cualitativas en los educandos con necesidades especiales, por o que se debe intervenir tomando en cuenta el contexto del aula regular como el contexto familiar en que se desenvuelven los estudiantes. En la actualidad se cuestiona la eficacia de  modelos de atención segregadores enfocados en procesos específicos, aislados de los aprendizajes escolares y el contexto natural del educando.
En este sentido es importante tomar en cuenta los argumentos de Sánchez y Torres (2004) para el caso de educandos con Dificultades de Aprendizaje (DA), según estos autores, se debe asumir un enfoque integrador, que entienda que si bien las DA pueden ser generadas por factores orgánicos intrínsecos al sujeto, en muchos casos pueden verse relacionadas con factores curriculares, es decir, por inadecuados métodos de enseñanza. Se debe dotar al docente regular de estrategias que le permitan atender a la diversidad del alumnado. El trabajo interdisciplinario y colaborativo entre docentes regulares y especialistas puede coadyuvar a minimizar el impacto de modelos educativos ineficientes.
Es indispensable involucrar y formar al núcleo familiar para que en el hogar se fortalezcan los procesos de intervención iniciados en la escuela. “En la familia se dan vivencias, actitudes y comportamientos cuya vivencia es trascendental; por ello pretendemos potenciar la implicación de los padres en el aprendizaje de sus hijos, pues su pues su papel educador es insustituible” (Sánchez y Torres, 2004, p. 38).
6.       Evaluación constante del progreso del niño
La atención psicopedagógica debe caracterizarse por ser constante, se debe valorar el progreso del estudiante en todo momento, de manera que la evaluación debe aportar información valiosa acerca de la pertinencia de mantener la planificación o la necesidad de incorporar cambios a la misma. Se debe evaluar no solo la actuación del chico, sino la planificación en sí misma, los materiales y recursos, los apoyos prestados, las adaptaciones propuestas. Todo el proceso de intervención debe ser flexible y susceptible de cambios y ajustes.
La evaluación del progreso del alumno debe realizarse a través de diversos métodos, que permitan obtener información de cómo el alumno está aprendiendo. Cullen y Pratt (1999), señalan que la evaluación debe trascender de la mera acreditación, hacia un proceso que cuya utilidad es más relevante y amplia. Según los citados autores la evaluación debe aportar información acerca de:
·         Determinar si se han alcanzado los objetivos.
·         Contribuir al desarrollo y puesta en práctica de un plan educativo que satisfaga las necesidades de los alumnos.
·         Ayudar al maestro a determinar la dirección que deba seguir en el futuro.
·         Proporcionar información sobre la calidad del ambiente de aprendizaje para determinados tipos de aprendizaje.
·         Determinar la eficacia del proceso o la metodología docente.
·         Proporcionar una base para el apoyo extra que haya que facilitar cuando sea necesario (p.197).

7.       Emplear métodos de probada eficacia
Es indispensable que los docentes especialistas conozcan los distintos enfoques teóricos y modelos derivados de estos para la atención educativa del alumnado con necesidades especiales. No existen recetas, ni métodos únicos que actúen a modo de panacea, tampoco existe un único enfoque teórico válido. En el caso de las dificultades de aprendizaje este hecho es aún más evidente debido a las múltiples manifestaciones y variedad de problemáticas que difieren de un sujeto a otro.
En la intervención educativa en DA, actualmente, suele optarse por modelos integradores, basados en enfoques conductuales, cognitivos, ecológicos, curriculares, entre otros  (Mercer, 1991; Sánchez y Torres, 2004). Por su parte, González y Núnez (1998),  muestran programas de intervención educativa para dificultades específicas en el aprendizaje académico de lectura, escritura y cálculo basados en modelos cognitivos. Aguilera (2003) hace referencia a modelos de intervención de entrenamiento en habilidades básicas: perceptivo motor, perceptivo visual, psicolingüístico y de capacidades específicas. Modelos conductuales, modelos cognitivos, integración de modelos neuropsicológicos y cognitivos y alude a la perspectiva constructivistas.

 Cómo citar este post:

Corredor, Z. (18-04-2016). Principios que fundamentan la intervención educativa especializada en Dificultades de aprendizaje. [Mensaje de blog] Recuperado dehttp://difuna.blogspot.com/2016/04/principios-que-fundamentan-la.html

Referencias
Aguilera. A. (coord.). (2003). Introducción a las Dificultades de Aprendizaje. Madrid: Mc Graw Hill.
Brueckner, L; Bond, G. (1984). Diagnóstico y tratamiento de las Dificultades de Aprendizaje. Madrid: Rialp.
Cullen, B., y Pratt, T. (1999). Medir e informar sobre el progreso de cada alumno. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea  (p. 195-217).
Fernández, J. (1999). De la integración de los alumnos de educación especial a la escolarización de alumnos con necesidades educativas especiales. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea.
Ford, A., Darvern, L.,  y Schnorr, R. (1999). Educación inclusiva. Dar sentido al currículo. En: Stainback, S., y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea.
González, J., Núñez, J. (1998). Dificultades del aprendizaje escolar. Madrid: Pirámide.
Mercer, C. (1991). Dificultades de aprendizaje: origen y diagnóstico. Barcelona: CEAC.
Peñafiel. F., Fernández, J. (2006). Los recursos como indicadores de calidad en la intervención psicopedagógica. En: La intervención en Educación Especial. Madrid: CCS. (p. 57-78).
Sánchez, A., y Torres, J. (2004). Educación Especial II. Ámbitos específicos de intervención. Madrid: Pirámide.
Santiuste, V., y González, J. (2005). Dificultades de aprendizaje e intervención psicopedagógica. Madrid: CCS.

lunes, 4 de abril de 2016

Conociendo el espectro autista: La teoría de la mente








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El 02 de abril se celebró el día Mundial de Concienciación sobre el autismo; específicamente en Iberoamérica se han adelantado muchas actividades dirigidas a divulgar información, jornadas de capacitación, encuentros familiares, foros y jornadas académicas, todos con un mismo objetivo, sensibilizar y concientizar a la sociedad en general sobre esta condición y cómo ayudar a las personas que viven dentro del espectro autista (Red para crecer, sf).
Lo primero que debemos señalar, es que el autismo no es una enfermedad, sino que es una condición, un trastorno, que determina una manera diferente de percibir el mundo por parte de este colectivo de personas. Se define como un “trastorno generalizado del desarrollo que se caracteriza por la presencia de alteraciones en tres grandes áreas: 1) interacción social, 2) en la comunicación y 3) en la flexibilidad conductual, cognitiva y de intereses” (Vásquez, 2012, p. 3).
También es muy importante dejar claro que no todas las personas dentro del espectro autista son iguales, por lo tanto no todas presentan las mismas manifestaciones o niveles de afectación. Como bien hemos señalado el autismo se manifiesta en diferentes niveles o grados de afectación, que son variables de un individuo a otro, de allí que se le denomine espectro autista. En la actualidad se reconoce el término trastornos del espectro autista (TEA), como sinónimo de trastornos generalizados del desarrollo (TGD) (Vásquez, 2012, p. 3).
Para conocer y comprender un poco lo que sucede a los chicos con autismo queremos en este post conversar un  poco acerca de la teoría de la mente. La teoría de la mente consiste en la capacidad de pensar y sentir lo que otras personas sienten. En esta habilidad se basa la vida social de las personas, pues permite a los individuos reconocer lo que puede decir o hacer frente a determinadas personas, analizar las situaciones en función de las actitudes de los demás e incluso modular el tono de voz dependiendo de la distancia a la que se encuentre nuestro interlocutor (Vásquez, 2012, p. 3).
Astington citado por Gómez (2010), plantea que a través de la teoría de la mente se desarrolla en los niños la capacidad para comprender la interacción humana, mediante la comprensión de estados mentales propios y de los otros, como son los deseos, emociones, creencias, pensamientos, intenciones, entre otros. Es decir, la teoría de la mente, es la capacidad del niño para hacerse consciente de estos estados mentales, en los cuales se basan sus acciones. Este desarrollo debería darse en los niños entre los 3 y 5 años.
Baron-Cohen, Leslie y Frith citados por Gómez (2010), aluden a la ceguera mental, entendida esta como un fallo o retraso en la capacidad mentalista, según esta teoría los niños carecen de la habilidad para leer pensamientos. La teoría de la mente o de la ceguera mental explicaría los déficits sociales de los niños con autismo que les impiden desenvolverse adaptativamente (Gómez, 2010).
Es decir, en el caso de los niños con autismo esta competencia  no se desarrolla de manera normal, ya que el niño con autismo no percibe claramente los pensamientos, sentimientos e intenciones propias y de los demás; lo que trae como consecuencia algunos comportamientos sociales erráticos entre los que podemos mencionar:

  • El niño no reconoce las expresiones del rostro, no sabe identificar alegría, tristeza, molestia o dolor mediante las expresiones faciales de las personas.

  • No logra establecer sentimientos de empatía con los demás ya que no entiende las convenciones sociales.

  • Es incapaz de identificar malas intenciones en los demás, ya que no puede diferenciar lo que es bueno de lo que es malo.

  • No puede reconocer las intenciones expresadas mediante el tono de voz y expresiones no verbales de los demás.

  • No puede reconocer cuando están causando daño o dolor a otro.
  • No puede deducir lo que es adecuado hacer o decir en un contexto determinado.

  • Presenta dificultades para trabajar con otros, cooperar y obedecer reglas (Vásquez, 2012).

Ahora bien, ¿cómo podemos ayudar a los niños con autismo a reconocer los sentimientos y expresiones de los demás?
A través de la atención psicoeducativa, con programas específicamente diseñados es posible contribuir a mejorar esta competencia en los niños con autismo, de allí que sea de gran importancia que el niño sea escolarizado y expuesto al contacto social desde edades tempranas puesto que sus pares son uno de los principales referentes de los comportamientos esperados.
Se sugiere utilizar apoyos de tipo tecnológico como videos, grabaciones, títeres, marionetas, guiones sociales, juegos sociales, juego de roles.
También es muy recomendable utilizar pistas visuales, imágenes, fotografías, cuentos con dibujos o fotografías, en los cuales se observan rostros que expresen diversas emociones e imágenes en que se representen interacciones sociales. Es importante darle nombre a esas expresiones, para que el niño vaya adquiriendo estos aprendizajes. El uso del espejo para el reconocimiento de sus propias expresiones faciales es un buen recurso. En general los niños con autismo tienen memoria visual fotográfica, por lo que el uso de agendas visuales, pictogramas, dibujos y fotografías constituyen una herramienta eficaz para mediar este tipo de aprendizajes.
Se debe enseñar además, habilidades básicas sociales de escuchar, no interrumpir, esperar el turno, esperar en fila y trabajar en pequeños grupos. Ayudarles a entender y comprender su propia conducta ya que generalmente no son conscientes de la inconveniencia de sus actos. Se debe ser muy explícitos al dar instrucciones, no usar palabras de doble sentido ni esperar que el contexto sea suficiente para entender el significado de lo que se dice, es decir, se debe evitar la ambigüedad, de ser necesario se deben emplear pistas visuales para reforzar lo expresado verbalmente (Darretxe y Sepúlveda, 2011).
Espero que este breve post contribuya a comprender que el niño con autismo es diferente en su desarrollo, sin embargo, con la atención y estimulación requerida puede lograr adaptarse a la vida social. No se trata de curar el autismo, ya que como condición acompañará durante toda la vida al individuo que lo presenta, se trata de dotar al individuo de las herramientas necesarias para adaptarse y desenvolverse funcionalmente en un mundo que para ellos es simplemente ajeno.


Referencias




Darretxe, L., y Sepúlveda, L. (2011). Estrategias educativas para orientar las necesidades educativas de los estudiantes con Síndrome de Asperger en aulas ordinarias. En: Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 9 (2), 869-892. Recuperado de http://www.investigacion-psicopedagogica.org/revista/new/ContadorArticulo.php?576
Gómez, I. (2010). Ciencia cognitiva, teoría de la mente y autismo. En: Pensamiento psicológico, 8 (15). 113-124. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/801/80115648010.pdf
Red para crecer. (sf). 2 de Abril: Día mundial de la concienciación en Autismo. Recuperado de: http://www.redparacrecer.org/cgi-win/be_alex.exe?2deAbril&Nombrebd=redparacrecer&Sesion=1679790167
Vásquez, M. (2012). La atención educativa de las personas dentro del espectro autista. Diplomado autismo México – Venezuela.



Cómo referenciar este post:

Corredor, Z. (04-03-2016). Conociendo el espectro autista: La teoría de la mente. [Mensaje de Blog] Recuperado de http://difuna.blogspot.com/2016/04/conociendo-el-espectro-autista-la.html